¿POR QUÉ CON CABALLOS?
El vínculo que se crea con el caballo de confianza y afectividad es de mucho provecho para el trabajo psicoterapéutico. La sensibilidad del caballo hacia nosotros hace que sirva de espejo de nuestro interior y al mismo tiempo nos despierta los sentidos y la atención. El contacto con el animal, su temperamento y sus necesidades hacen que desarrollemos nuestra empatía y consciencia del otro.
Y la capacidad de relajarnos y disfrutar de una actividad altamente motivadora y en contacto con la naturaleza.